‘After hours’ al margen de la ley, fraude, drogas y vecinos desesperados
Saltándose la ley, los ‘after hours’ proliferan en Madrid, impunes ante las sanciones y la impotencia de los vecinos. “Es un infierno”.
Aunque los ‘after hours‘ no son ninguna novedad en la capital, el cambio en octubre de 2015 de la legislación para abrir un local ha favorecido su proliferación. Hasta entonces podía pasar hasta un año entre la solicitud de apertura de un sitio y su inauguración, pero ahora basta con una “declaración responsable”. Eso ha provocado que, a pesar de tratarse de Zonas de Protección Acústica Especial (ZAPE), haya más bares que nunca en los barrios del centro madrileño.
Cualquier ‘after’ es, de por sí, ilegal. Según la Ley 17/97 de espectáculos públicos y actividades recreativas ninguna “sala de fiestas” puede abrir a partir de las 5:30 de la mañana, por lo que los ‘After hours’ no pueden contar nunca con una licencia que ampare su actividad. Por eso, se registran con licencia de actividad de bar-cafetería, que sí puede funcionar a partir de esa hora, esquivando aparentemente la normativa. “Dentro tienen equipos de música o pistas de baile, que no se corresponden con la actividad que tienen declarada”, explican desde la Policía Municipal. “Además, al no ser supuestamente una discoteca, no están obligados a tener las medidas de insonorización adecuadas, por lo que hacen más ruido que las discotecas legales”.
Pero el fraude en la licencia no es la única ilegalidad que cometen. Ningún local puede reproducir música en la Comunidad de Madrid antes de las 9 de la mañana, ni si quiera hilo musical. Por eso, sea por multas de ruido o por sanciones de falta de licencia, las infracciones se acumulan en estos negocios, que las esquivan con el mismo modus operandi: “Cuando consiguen alargar el proceso judicial todo lo posible o acumulan muchas infracciones, simplemente se van y vuelven a abrir en otro sitio”, explican fuentes policiales. Además suelen funcionar con empresas pantalla y se declaran insolventes para no tener que pagar las deudas con la Justicia.
Otra argucia legal que utilizan es registrarse como club de fumadores. Los clientes tienen que inscribirse como “asociados”, aunque solo vayan a pasar allí una noche y dentro pueden fumar y beber a cambio de pagar una entrada en forma de “donación”, puesto que, legalmente, estos establecimientos no pueden cobrar por ingresar.
“Hay una gran descoordinación entre la Agencia de Actividades, Medio Ambiente y la Policía que dificulta mucho llevar a cabo medidas realmente definitivas”. Lo mismo explican desde el Área de Medio Ambiente, que remite a la Agencia de Actividades la decisión.
De hecho, las asociaciones de vecinos de Centro se han retirado de la Mesa del Ocio Nocturno que puso en marcha el Ayuntamiento de Madrid precisamente para solucionar los problemas de convivencia con la noche madrileña. “Creemos que falta voluntad política para solucionar esta situación, solo hablan de los derechos de los turistas, pero nunca de los vecinos”, apunta Esteban de la asociación vecinal de Chueca. “Es un continuo, no son sólo los after, es que por el día tienes las terrazas, y luego los bares, y cuando cierran los after, y luego otra vez las terrazas…”.
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