La discoteca sin licencia apenas medía 100 metros cuadrados, carecía de ventilación y tenía obstruida la salida.
Agentes de la Policía Municipal del distrito de Carabanchel desalojaron una zona de una discoteca sin licencia en la que se estaba celebrando una fiesta con 39 menores en un sótano que, a diferencia de la discoteca, no disponía de licencia de actividad y no estaba habilitada para el uso.
La Policía Municipal desalojó en la madrugada de hoy a 39 menores de edad que habían accedido para beber y fumar, previo pago de diez euros, al sótano sin licencia de una discoteca del distrito de Carabanchel, sin ventilación, sin medidas de seguridad y con la puerta cerrada con candado.
Según la Policía Municipal, los agentes acudieron al lugar tras recibir un aviso de los vecinos por ruidos y hallaron a los jóvenes en un sótano de cien metros no acondicionado ni con licencia para tal uso, en la parte inferior de un local que sí tiene licencia.
Los agentes identificaron al encargado y tras el desalojo, realizaron una inspección en materia de espectáculos públicos y actividades recreativas que dio como resultado tres infracciones muy graves, y tres graves, todas ellas relacionadas con las condiciones de higiene y seguridad, consumo de alcohol por parte de menores, y permitir fumar en el interior del local, entre otras.
Los jóvenes explicaron a los municipales que habían pagado 10 euros a la entrada, con derecho a acceso y a llevar sus propias bebidas, a un hombre que habían contactado en una página de anuncios en internet.
Y dijeron también que la entrada, en la noche del viernes, estaba condicionada a que sólo podrían abandonar el lugar a las 6 de la madrugada del sábado, «para no ser detectados por la policía», y quedando la puerta cerrada con candado.
Al personarse los agentes en la discoteca observaron que detrás de una puerta con un cartel de «Privado» había música a gran volumen y luces en funcionamiento.
Los policías observaron que la puerta tenía un candado cuyo soporte estaba arrancado de la pared, y unas escaleras que conducían a la sala inferior en la que se encontraba el grupo de jóvenes.
Según una nota de la Policía Municipal, dicha discoteca dispone de licencia de actividad para la planta superior, pero no para la inferior que cuenta con «un único acceso a través de una escalera y no estaba habilitada para el uso».
Conforme ha señalado un vecino del barrio, desde el primer día que abrió la discoteca -ubicada en la Calle de las Hermanas Alonso Barceló- ya hubo una pelea en la que apuñalaron a un joven, lo que forzó la llegada de la policía y el consecuente cierre del local.
Tras abrir sus puertas hace poco más de un par de meses, este vecino sostiene que ya la han cerrado en dos o tres ocasiones.
«Hacen lo que les da la gana y están hasta las 5 de la mañana dando guerra. Tendrían que cerrarla», añade.
En este sentido, afirma que son habituales las denuncias y se queja de la basura y de la falta de limpieza del local.
Por su parte, un vecino del inmueble en cuyos bajos se encuentra la discoteca sostiene que al llegar la policía había muchos jóvenes que salieron corriendo y escondieron botellas de alcohol entre los coches.
También recuerda que hace un mes ya se registró una pelea entre un par de grupos de jóvenes que obligó a llamar a la policía e insiste en las constantes quejas del vecindario por los ruidos procedentes de la discoteca.
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