Los propietarios de la discoteca «La Bull», cerrada hace nueve meses tras denegarle el permiso por estar en un edificio sin licencia de ocupación, pese a que reunía todos los requisitos legales que se exigen y que no tienen el resto de locales de su gremio, han conseguido licencia municipal gracias, en buena parte, reconocen, «a la mediación del nuevo o gobierno, que facilitó el proceso». Subrayan como «inaudito» que una licencia de ocupación para poner en marcha una empresa, que va a dar trabajo a doce personas y es un trámite que suele llevar un mes, tarde nueve en concederse».
Por eso pedirán «daños patrimoniales» por las pérdidas durante el tiempo que mantuvieron cerrado el local. Máxime cuando se alegó falta de licencia de ocupación del edificio y había otros locales comerciales en ese mismo inmueble que no fueron clausurados.
Este cierre, que llegó a mover cientos de firmas de usuarios y de propietarios de negocios de hostelería, al entender que el cierre de este local de última hora no solo dejaba en la calle doce empleos directos, sino que afectaba a todos los pubs del entorno, podrá reabrir sus puertas nueve largos meses después de su cierre «tras obtener la licencia municipal que nunca debió perder y lo hace tras un largo proceso administrativo, en el que el anterior equipo de gobierno puso todo tipo de trabas imaginables demorando la resolución del expediente», explican.
Esperan que «en cuestión de uno o dos días será autorizada la apertura del establecimiento, trámite posterior a la licencia de obra y actividad ya concedida».
Afirman que para conseguir algo que se le denegó durante estos nueve meses «la propia empresa, a través de su abogado, que ha tenido que tramitar la licencia de ocupación de todo el edificio, único requisito cuya falta motivo en su día la anulación de la licencia de la discoteca».
Recuerdan que «tras una incesante labor jurídica y técnica por fin queda claro que esta discoteca cumple todos y cada uno de los requisitos de la normativa mas exigente en materia de accesibilidad, , seguridad e insonorización, a diferencia de otros establecimientos similares que durante todos estos meses se han lucrado a costa del cierre de nuestro negocio»
Consideran tras todo el proceso vivido hasta ahora » inaudito que una licencia de actividad para un establecimiento de ocio que dará a trabajo a una docena de personas y ofrecerá una alternativa de recreo a las escasas ofertas de que disponen en la zona tarde en tramitarse nada menos que nueve meses».
Explican que «todavía queda mucho por hacer para reparar la injusticia cometida y en este sentido, y una vez conseguida la licencia municipal, el abogado va a concentrar sus esfuerzos en la reclamación patrimonial ya presentada por la empresa como consecuencia de la anulación de la licencia» adelanta los propietarios de este establecimiento hostelero.