A la hora de emprender un negocio hay que fijarse en muchos aspectos del mismo, pues no es fácil obtener rentabilidades y habrá que tocar cada palo para exprimir el potencial al máximo; y claro, como os imaginaréis el valor de adquisición o arrendamiento del local donde ejerceréis la actividad es una partida clave.
No es extraño que muchos empresarios se vean obligados a echar el cierre porque en su momento realizaron una adquisición que no estaba acorde a la realidad (la famosa burbuja inmobiliaria) o firmaron un alquiler que dejaba a la empresa en una situación comprometida. ¿Cómo evitar estos casos? Pues primero de todo pensando con claridad en base a las necesidades que podáis tener, y segundo negociando los contratos de alquiler o adquisición, pues dependiendo de las circunstancias podréis conseguir mejores precios que impactarán directamente en vuestra cuenta de resultados.
Y no vayáis a pensar que estoy hablando de una quimera, pues teniendo en cuenta que el mundo inmobiliario aún se encuentra tambaleándose no resulta complicado obtener buenos precios a poco que tratéis de negociar. Eso sí, para ello hay que saber cómo, así que ahí van una serie de trucos para que podáis lograr vuestro objetivo de reducir la factura de la adquisición.
Antes de nada tenéis que saber bien qué es lo que necesitáis y si la mejor solución pasa por la adquisición o el arrendamiento, pues dependiendo de las condiciones logradas, de vuestras cuentas y de puntuales ofertas o chollos, la situación podría variar mucho. Sea como sea ojo a los siguientes consejos:
Presupuesto máximo y presupuesto ideal
A la hora de negociar un contrato de arrendamiento o de compraventa tenéis que tener claro cuál es vuestro presupuesto máximo y cuál el ideal. Es decir, cuál es la cifra que bajo ninguna circunstancia podéis sobrepasar (ojo al matiz) y cuál es aquella por la que “pelearéis” en la negociación. Es muy común ver cómo hay quienes acaban abonando cantidades que están por encima de lo que pueden soportar y después se las ven para hacer frente a los compromisos, así que estudiad bien este punto antes de buscar nada.
Escalabilidad
En el momento en el que os decidáis por la adquisición o el arrendamiento debéis tener en cuenta que si todo va según lo estimado el negocio se verá ampliado en los años posteriores; especialmente si tenéis una planta de fabricación o almacenaje. Y claro, ello supondrá que necesitaréis más espacio del que dispondréis en el momento de la compra o alquiler. La idea es que el inmueble en el que os estéis metiendo pueda ofreceros esto; especialmente en caso de compra, pues si es de alquiler no tendréis que hacer más que buscar un nuevo emplazamiento más grande.
La información es poder
Llegados a este punto ya tenéis en mente qué es lo que necesitáis, y lo más probable es que a poco que busquéis os encontraréis con muchas opciones que se adecuarán a vuestras necesidades. Aquí resulta importante que más allá del inmueble en cuestión recabéis información que os pueda ser adecuada para llevar a cabo el proceso de negociación. Tendréis que consultar en el ayuntamiento acerca de los planes de urbanización de la zona, informaros sobre las vías de comunicación y accesos disponibles, saber qué transporte público llega a la zona, etc.
Por otra parte tendréis que saber más acerca del vendedor y del tiempo que lleva el inmueble en el mercado, pues ello os será de mucha ayuda. Por ejemplo no será lo mismo realizar la compra a una sociedad que está deshaciéndose de sus activos para obtener liquidez que hacer lo propio con una multinacional solvente a la que ni le va ni le viene que se venda el inmueble. En el primer caso tendréis margen para reducir vuestra oferta a sabiendas de que necesitarán vender, mientras que en el segundo caso tendréis que andar con pies de plomo y quizá no lleguéis a conseguir el precio deseado. Tampoco será lo mismo realizar la adquisición de un inmueble que lleve años en el mercado y que tiene pocas opciones de ser vendido que optar a una propiedad que acaban de dejar libre en medio de la Gran Vía de Madrid.
Cómo emplear la información obtenida
Una vez escogido el local, nave u oficina debéis aprovechar la información adquirida en la etapa anterior, y para ello tendréis varias armas a vuestra disposición:
Si el local en venta se encuentra en una zona donde no llega el transporte público su precio se verá reducido.
Si se trata de una zona que en el plan de ordenación territorial está catalogada como rural no tendréis la oportunidad en un futuro de construir nuevas instalaciones o de que la zona vea su valor de mercado incrementado por la concentración de empresas o población. Vamos, que no habrá un desarrollo económico en el área. Punto negativo.
Si las vías de acceso están en mal estado o presentan una orografía complicada será algo negativo, pues podrá haber problemas de suministro.
Si hay previsto que en la zona se construyan conjuntos residenciales y tenéis una empresa que puede producir cierta contaminación, tendréis problemas, pues veréis cómo comienza a haber una presión vecinal contra vosotros.
Igualmente, si hay una industria contaminante en la zona (por ejemplo una planta de fabricación de papel), el valor de la propiedad se verá reducido.
Estado del inmueble
Como os podréis imaginar el estado físico del inmueble es clave, pues dependiendo de cómo se encuentre éste el valor podrá verse muy alterado.
Si os encontráis con humedades tendréis que tener en cuenta que su reparación puede ser complicada (y costosa), por lo que podréis pedir por esta parte una reducción argumentando la obra.
Si veis que el inmueble tiene algún tipo de fisura en el tejado os encontraréis con goteras, en cuyo caso a seguir descontando, pues la obra tendrá un gasto considerable.
¿Veis que la zona de oficinas de la nave se encuentra en un estado lamentable o tremendamente desfasado? Pues ya sabéis, a tirar de la cuenta.
Fijaros también en la instalación eléctrica y aseguraros de que esté según la normativa actual.
Y así con muchos aspectos del inmueble en cuestión. De ahí que sea importante que a la hora de verlo vayáis con un arquitecto que os pueda detectar las fallas que a simple vista no se verían por un inexperto en la materia. Con este tipo de conceptos podréis ver después la cuenta rebajada de manera considerable.
Pago rápido y en efectivo
Muchos compradores dependerán de hipotecas, por lo que el tiempo entre la visita y el cierre del acuerdo se alargará, si es que no se echan para atrás o les niegan el préstamo, algo que sucede muy a menudo. Si tenéis la posibilidad de pagar al momento tendréis una muy buena baza en la mano, pues el vendedor sabrá que la venta la tiene cerrada con apenas dar su aprobación. Es muy tentativo, y si enseñáis un cheque y lo ponéis sobre la mesa el efecto será aún mayor. De igual manera, si vais a comprar el inmueble a un banco, éste factor será determinante para obtener una rebaja, pues a la entidad le interesa deshacerse de su stock de inmuebles y generar liquidez. De ahí que si vais con el dinero por delante no se lo vayan a pensar dos veces.
Regateo y ética
Cuando hay que andar negociando precios el regateo se vuelve clave, pues el baile de cifras y acuerdos intermedios serán inevitable. Ahora bien, debéis tener en cuenta que una cosa es obtener un precio justo y otra es aprovecharse.
Vía: infocif.es